Ir al contenido principal

Teoría de las teorías de la conspiración

Las teorías de la conspiración, que proliferan a través de colectivos más o menos organizados, tienen una variedad de efectos perniciosos, por ejemplo, minando la confianza de la gente en las autoridades científicas o impulsando movimientos políticos bastante peligrosos, como los de los negacionistas del cambio climático o los grupos antivacunas. Me interesa hacer una crítica que puede ilustrar un poco la importancia y la utilidad de la Lógica (desde luego, mi análisis puede aceptarse, objetarse, o directamente rechazarse).

En términos simples, una conspiración es un acuerdo entre un grupo de personas para engañar a otro grupo de personas. El engaño se sostendrá mientras los engañados permanezcan en la ignorancia de lo que realmente ocurre y, para ello, es esencial que, 1) los engañados no lleguen a darse cuenta (o no sean desengañados por terceros), y 2) que los conspiradores mantengan el secreto y no cometan errores que permitan una “filtración”

El tiempo que dura un secreto y el tiempo que se puede vivir engañado o ignorante de ese secreto son inversamente proporcionales a dos factores: el número de engañados y el número de conspiradores -dos que conspiran contra cuatro tienen más probabilidades de que la cosa dure que veinte que intentan engañar a mil. Es por ello que algunas de estas teorías son, directamente, demenciales, como la que denuncian los terraplanistas o la de quienes niegan la llegada del hombre a la Luna en 1969. No hace falta confiar en la honestidad del gobierno americano o de la NASA; es sencillamente inverosímil que miles de personas participen de una farsa colosal y nunca se sepa nada en casi 60 años. Nunca apareció un astronauta arrepentido, o una vecina de Houston a la que se lo contara la esposa de un controlador del lanzamiento. Del terraplanismo no hace falta hablar, pero hay gran cantidad de casos que podrían tratarse críticamente de manera parecida.

Lo anterior no niega que en las “altas esferas”, o en todas las esferas, no haya gente capaz de conspirar, mentir, robar o aprovecharse de la desgracia ajena; lo que se niega es que una reunión de canallas pueda orquestar una impostura universal, borgiana. Tampoco se niega que pueda haber conspiraciones menores o acuerdos secretos para beneficiarse de un público incauto -de hecho, un vasto público incauto es el santo grial de muchos negocios. Pero estas son las conspiraciones usuales, de duración limitada y siempre expuestas, por ejemplo, a los escrúpulos o indiscreciones de los conjurados, a la suspicacia de las víctimas o a la sagacidad de un periodista honrado. Las otras son sólo mitologías promovidas por el aislamiento y el tedio de gente que pasa demasiado tiempo en la red.  

 


Entradas populares de este blog

Racionalidad instrumental

Más allá de la necesidad metodológica comentada, el individuo sobre el que la ciencia económica contemporánea construye sus modelos exhibe en su comportamiento ciertas características específicas, entre ellas, el tipo de racionalidad que ha dado en llamarse, “racionalidad instrumental”. Según ello, la acción racional consiste en la elección del curso de acción más conveniente para alcanzar los fines que el individuo se propone. El curso de acción más conveniente, a su vez, es aquel que optimiza la relación entre medios y fines, es decir, supone la menor inversión de medios para alcanzar de manera satisfactoria los objetivos prefijados. Este modelo se llama también “consecuencialista”, ya que la racionalidad de la acción se evalúa entre otras cosas por sus resultados. En términos de Elster: “Cuando enfrenta varios cursos de acción la gente suele hacer lo que cree que es probable que tenga el mejor resultado general (…)  La elección racional es instrumental: está guiada por...

La perspectiva lógica de la filosofía

El programa filosófico del positivismo lógico es, sin duda, radical. Según él, las condiciones del discurso con sentido son muy claras: definición de los conceptos y corrección lógico-sintáctica de las proposiciones. Un concepto se define por un conjunto de rasgos que permiten decidir en qué casos singulares se aplica y en qué casos no. A su vez, una proposición sólo tendrá sentido si respeta unas pautas lógicas (por ejemplo, la correspondencia entre tipos de sujetos y tipos de predicados: una persona puede ser honesta y un número puede ser impar, pero predicar honestidad de un número o decir que una persona es par no tiene sentido) y si es verificable, esto es, si hay modo de determinar su verdad o falsedad. Toda proposición con sentido remite en última instancia a proposiciones que se refieren directamente a propiedades observables. Si decimos que París es la capital de Francia, debemos tener claro el concepto de “capital”, debemos constatar que los objetos “París” y “Francia...

Wittgenstein

Wittgenstein suele fascinar a los estudiantes de filosofía más por su biografía que por su obra. En los pormenores de su vida se encuentran cantidad de anécdotas extravagantes que revelan el genio y la neurosis del personaje. He aquí algunas. Influido por la obra de Tolstoi, tenía constantes dudas acerca de la utilidad de su trabajo como filósofo, pensando siempre si no sería mejor dedicarse a algo de mayor provecho. Hizo los cursos necesarios y se convirtió en maestro de escuela elemental, ejerciendo durante seis años en distintos pueblos de montaña austríacos. Dados el escaso talento de sus estudiantes y su falta de paciencia, adquirió  la poco pedagógica costumbre de estimularlos a golpes, lo que puso fin a su carrera el día en que dejó inconsciente a uno de sus alumnos menos robustos. Años más tarde, un lugareño lo recordaría como “aquel loco de remate que pretendía e...