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Mostrando entradas de junio, 2020

Lo abstracto y lo concreto

Suele decirse, con matiz peyorativo, que el pensamiento filosófico es muy “abstracto”. Ese matiz tiene dos sentidos: uno, el más común, el de dificultad –lo abstracto es más difícil de entender, se aleja de la intuición–; el otro, el de distorsión o adulteración –la abstracción presenta una versión reducida de las cosas y, por tanto, las falsea. Las dos objeciones son válidas siempre que se pongan en perspectiva. Abstraer no es otra cosa que aislar mentalmente ciertas características particulares de un todo concreto. Y un todo concreto es cualquier objeto individual (un objeto determinado en un espacio y tiempo determinados), cuya individualidad depende, en efecto, de todos los rasgos que concurren para hacerlo único. Ahora bien, enseguida advertimos que lo realmente difícil de pensar no es lo abstracto, sino lo concreto. De hecho, nuestro pensamiento funciona con abstracciones que dan lugar a conceptos que sirven para construir proposiciones con las cuales nos referimos al mundo cuand

Quine: Filosofía y Ciencia (video)

Richard Feynman. Sobre la enseñanza. (video)

Bertrand Russell: Mensaje a las futuras generaciones (video)

El instinto gregario y la discordia

Una de las paradojas del ser humano reside en la oposición entre su naturaleza social, que lo acerca a sus semejantes y lo induce a vivir en grupo, y la permanente inestabilidad en sus diferentes formas de asociación. Desde las familias hasta las organizaciones nacionales o internacionales, la discordia, con mayor o menor frecuencia, con mayor o menor gravedad, parece un defecto esencial de la especie. Dada la constancia de esta conflictividad a través de la historia, hay quienes han intentado explicarla señalando una supuesta agresividad esencial que nos impulsa trágicamente a malograr nuestros proyectos colectivos: el hombre es malo, desconfiado, egoísta, persigue la acumulación de poder instrumentalizando a sus semejantes, etc., y recaerá siempre en este lado oscuro de su ser sin importar los ideales que se plantee como compensación. Esta explicación, además de pesimista, pasa por alto la otra cara de la moneda, es decir, no solo la mencionada naturaleza gregaria que nos acerca unos

Humanismo y razón técnica

El apartamiento de la filosofía de los programas de estudio de educación secundaria y universitaria es producto de un “olvido del humanismo” en favor de una formación  y unas prácticas puramente tecnológicas. Esto ha fomentado una mentalidad que se ocupa exclusivamente de medios y que ignora la discusión en torno a fines , lo que contribuye con la caótica situación social y política del siglo XXI por tres razones: 1- Los fines de cada grupo o individuo se fijan en consignas o slogans vagos, la mayor parte del trabajo intelectual se invierte en la obtención y conservación de recursos (dinero o poder, que siguen siendo medios); 2- Tampoco se piensa, obviamente, en los fines ajenos, por lo cual no hay un debate de coexistencia; solo hay negociación de intereses materiales; 3- Los fines sociales, universales, se toman como herencia de tiempos más “idealistas” e ingenuos. Las propias leyes derivadas de esos fines se consideran costes impuestos, formalidades que hay que aprender a sor

Gadamer