Hay una paradoja básica de la especie humana: somos seres gregarios pero, al mismo tiempo, ese espíritu de grupo o instinto social no excluye una actitud más o menos beligerante con grupos diferentes. Podemos ser cooperativos con los nuestros, pero somos competitivos, indiferentes o agresivos con los demás. La paradoja se produce cuando ponemos en el mismo plano esa abstracción llamada Humanidad con la realidad concreta de una especie fragmentada en pueblos, tribus o naciones que intentan avasallarse mutuamente y que, en consecuencia, viven una historia caracterizada por la guerra y la opresión. La distinción entre “Nosotros” y “Ellos” es seguramente una de las operaciones fundamentales de los grupos primitivos. Esa distinción habrá evolucionado probablemente a partir de una mucho más básica entre Nosotros y cualquier forma de vida animal no familiar, por tanto, potencialmente peligrosa. Y los animales que intuimos como más peligrosos son los que, aun pareciéndose a nosotros, difiere
Temas de Filosofía, Lógica y Argumentación