Encuentro inesperadamente un texto que corrobora la tesis de que el
arte contemporáneo no tiene otra función que el entretenimiento:
El artista se divierte, el galerista gana dinero y el banquero o el político decoran sus edificios. No tiene sentido, por tanto, que el público se deprima porque 'no entiende' (ni mucho menos que pague la entrada del museo).
"Las estatuas de Duane Hanson representan guardianes y personal de limpieza de los museos en posturas que parecen naturales; al ver esas formas, con frecuencia la gente piensa que son reales. Lo que Hanson le está pidiendo al público es que deje de ver el arte como un mensaje místico proveniente del interior del artista (la visión romántica) o como una exposición de los elementos esenciales de la forma (la visión modernista); más bien -nos dice- el artista es en parte un bromista, así que... ¡relajémonos y divirtámonos!" (Gergen, K. : El yo saturado)
El artista se divierte, el galerista gana dinero y el banquero o el político decoran sus edificios. No tiene sentido, por tanto, que el público se deprima porque 'no entiende' (ni mucho menos que pague la entrada del museo).