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Mostrando entradas de julio, 2011

Textos sobre argumentación

El tema de la argumentación es complejo. Digo el 'tema', no tanto el concepto: argumentar es dar razones; las razones por las cuales creemos lo que creemos, hacemos lo que hacemos, o haremos lo que proyectamos hacer (cuando creemos o hacemos algo 'porque sí' es de esperarse que se nos acuse de arbitrarios e irracionales). Un argumento presenta premisas que justifican una conclusión. Esta conclusión es una creencia razonable y no una adquirida por gusto, inclinación, engaño o coacción.

Kant 2

Cuando Kant describe el modo en que funciona el conocimiento en la relación entre la experiencia (vehículo de lo externo al sujeto) y el entendimiento (lo que que dota de estructura a los insumos empíricos), está presentándonos un sujeto trascendental , es decir, no psicológico, ni histórico, ni siquiera humano. Para dar un ejemplo sencillo, y escorado hacia el racionalismo, podríamos decir que, en efecto, dos más dos son cuatro para cualquier sujeto de conocimiento posible . Para un griego antiguo, para un esquimal contemporáneo, para un posible extraterrestre o para una máquina que piensa. Es verdad que los teólogos, para evitar la subordinación de Dios a cualquier otra cosa, dirían que dos más dos son cuatro sólo porque Él lo quiere; que Kant no pueda imaginar otra cosa es consecuencia de tratar de entender las cosas desde una facultad insuficiente como la razón. Pero el problema de este sujeto kantiano no es su trascendentalidad, que a fin de cuentas es lo que asegura la univers