La disposición filosófica

La realidad es, para el ser humano, un rompecabezas. El fundamento de nuestra disposición filosófica es la conciencia de este rompecabezas, es decir, de la apariencia caótica o absurda de lo concreto. Se intuye (o se desea ingenuamente que exista) un orden o sentido total en el que se inscriben todas las formas de experiencia y todas las cosas del mundo. Esta es la aspiración positiva de la filosofía, que es afín también a la actitud religiosa y que ha producido un número considerable de especulaciones a lo largo de su evolución.   

Junto a la positiva intuición de totalidad, aparece históricamente también –quizás el aporte más típicamente griego– el aspecto negativo de la crítica. "Negativo" significa aquí que no consiste en ofrecer respuestas acerca de cómo son las cosas (el momento afirmativo), sino en analizar la lógica de los problemas que se plantean en esta búsqueda general de sentido y la de sus posibles soluciones. La crítica examina conceptos, sopesa probabilidades y evalúa razonamientos.

El trabajo filosófico es entonces, como todo diálogo, el ejercicio alternativo de afirmación y crítica.

Por su naturaleza, la disposición filosófica distingue y enfrenta tres posiciones:

1) La conciencia limitada a lo cotidiano (que sólo es conciencia de un mundo parcial, inmediato, aunque pueda ser técnicamente eficiente),

2) El dogmatismo religioso o político (que da por resuelto el problema del sentido con una única e incuestionable visión del mundo),

3) El nihilismo (que niega toda posibilidad de sentido).

Debido a las urgencias del día a día, a nuestros intereses inmediatos o a nuestras especializaciones, este problema demasiado abstracto y general se nos pierde de vista.  

Es interesante el hecho de que suele manifestarse en momentos de crisis personal o social, pero, desgraciadamente, las crisis no siempre conllevan reflexión, sino con frecuencia también violencia, cinismo y desesperación.   




El instinto gregario y la discordia

Una de las paradojas del ser humano reside en la oposición entre su naturaleza social, que lo acerca a sus semejantes y lo induce a vivir en...