Para aclarar el problema de la comprensión del texto, Skinner propone la crítica de dos posiciones extremas respecto al papel que juegan en dicha comprensión los factores externos a la obra considerada. En uno de esos extremos se encuentra la opinión de que el texto se basta a sí mismo como portador de todo lo que el lector necesita saber para acceder a lo que el autor intenta decir; en el otro, el texto, en tanto no contemporáneo, se considera constitutivamente insuficiente y se exige entonces la vinculación de éste con ciertos aspectos contextuales que ayuden a reconstruir su sentido. La argumentación de Skinner rechaza ambos pareceres y se orienta por la idea de que el texto es ante todo un acto determinado por las intenciones de quien lo produce, y son estas últimas las que deben investigarse, antes que los motivos o circunstancias externas que sólo explican el texto como su resultado o efecto. La intención, que no se encuentra necesariamente explícita en el texto, tampoco es, e...
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