Buscando material audiovisual sobre filosofía encuentro unos
programas de televisión presentados por un señor José Pablo Feinmann. Elijo un
capítulo dedicado a Heidegger títulado "Por qué Heidegger es el filósofo
más importante del siglo XX" y la primera frase que emite el presentador es: "Que Heidegger fue el
filósofo más importante del siglo XX es absurdo negarlo; nadie lo va a
negar". Con esta apertura ya tenemos razón para no seguir prestando
atención, pues lo que parece absurdo es justificar algo que se juzga innegable
o, casi igual, declarar innegable de entrada algo que se va justificar a
continuación dedicándole un programa completo de TV. Lo más triste es que a
pesar de todo Feinmann no se ocupa en ningún momento de responder la pregunta
que titula su video.
Si uno adopta la estrategia argumentativa benevolente de
"pase y sírvase", en la cual nos toca a nosotros el trabajo de tomar
del discurso del otro los argumentos que justifiquen sus afirmaciones, entonces
parece que la importancia de Heidegger depende del hecho de que Ser y Tiempo
rompe con las filosofías basadas en la teoría del conocimiento, las
"filosofías en las que hay siempre un sujeto y un objeto". También
parece considerarse importante que Heidegger haya recuperado la pregunta por el
ser. Pero no hay más. Si uno ve el programa, queda claro que a Feinmann le
gusta mucho Heidegger, pero no llega a entender por qué es el filósofo más
importante del siglo XX. Lo de Feinmann es confuso, pero invita a pensar qué
significa en realidad decir que un filósofo es "importante"o,
"el más importante".
Algún sentido tiene el adjetivo "importante"
aplicado a filósofos. Mientras que elegir "el más importante" resulta
difícil y arriesgado, no nos sentiríamos muy incómodos si se nos pidiera
nombrar a algunos de los más importantes. Seguro que habría listas variadas en
cuanto al tipo de los filósofos incluidos: Heidegger, Russell, Wittgenstein,
Sartre, Quine, Searle... Habría quien exigiría que figuraran marxistas, como
Lukács, Gramsci o Althusser. Habría quien, de hecho, sólo incluiría marxistas,
o sólo analíticos, o sólo existencialistas. Los argumentos para determinar
quién es importante flotarían de manera más o menos implícita detrás de esas
selecciones. A mí, como respuesta espontánea a la provocación, se me ocurrió
que Wittgenstein era más importante que Heidegger. En un ranking hecho por
alguien sobre los filósofos "más importantes" de la era moderna
-entrecomillado del autor- el primero del siglo XX es Wittgenstein, seguido por
Frege y Russell. En otro foro la gente ofrece tríos: Heidegger, Levi-Strauss,
Foucault; Russell, Sartre, Kuhn; Gramsci, Russell, Sartre; etc.
Esto es lo que James llamaba una "disputa meramente
verbal": no se puede responder si no se fija el criterio de lo
"importante". Se me ocurren tres.
El primero, quizá el menos aceptable, sería el de la
popularidad, la fama en relación con el gran público. No estoy seguro, pero es
muy probable que el autor más visto, oído y comprado (tal vez hasta leído) sea
Russell. Escribió acerca de todo y en todos los formatos, desde el tratado
hasta el artículo de periódico, aparte de aparecer en medios no escritos como
la conferencia, la radio o la TV. Muy cerca le debe andar Sartre, altamente
cotizado en su época, aunque menos legible para el público general.
Otro criterio es el de la influencia para la historia de la
filosofía. Aquí hay que aclarar en qué consiste esa influencia. Digamos que el
autor es seguido, en su método y/o en sus problemas, por un número mayor o
menor de filósofos, dando lugar a lo que se llama metafóricamente una
"escuela". Cuando los historiadores intentan esquematizar las
dependencias suele haber protestas de parte de los esquematizados que aún viven
para protestar, pero grosso modo se puede decir que Heidegger tiene un rol
fundamental para el existencialismo y la fenomenología, tal como Russell y
Wittgenstein lo tienen para la filosofía analítica. Ahora bien, habría que ver
cuál de las dos escuelas es más "importante" para decidir, a su vez,
la importancia de sus padres promotores. Nótese, sólo de paso, y es gracioso,
que Russell ya nos encaja en dos criterios.
En tercer lugar, estaría la influencia del autor en las
ideas más allá de la filosofía. Este sería el criterio que hace, en el siglo
XIX, a Comte más importante que Hegel y, en el XX, a Lenin más importante que
Heidegger (pero quizás no más importante que los lógicos que posibilitaron la
informática).
Para terminar, vale la pena mencionar un cuarto criterio,
que se pierde de vista cuando se trata de filosofía. Es simplemente, el
criterio de la verdad o plausibilidad de la obra del autor en cuestión. Es el
criterio de la ciencia, que considera importante al que hace un aporte firme
para el avance de la disciplina y olvida a los otros. El rango de importancia
dependería de la trascendencia del descubrimiento: es más importante el que
descubre la teoría general y menos importante el que desarrolla aspectos
subordinados. Pero en filosofía nadie destierra a nadie y todos valen en la
medida en que encuentran un público. Para un marxista el filósofo más
importante de la historia de la filosofía es Marx, y un cristiano destacará
como más importante a Agustín o a Santo Tomás (de hecho, hay una historia de la
filosofía argentina que se compone prácticamente de autores cristianos, desde
la colonia hasta el siglo veinte). En filosofía, tomarse en serio este cuarto
criterio es imposible.